Cuenta con variados y ricos retablos barrocos, en los que figuran obras, entre otros, de Luis Fernández de la Vega y Antonio de Borja, entre los que merecen destacar el Mayor, el llamado «de la Pasión», donde se veneran las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores o de la Soledad y el Santo Cristo Yacente -cotitulares ambos de la Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción- así como el de «El Calvario».
Por haberse negado a figurar como tal la citada Doña Magdalena de Ulloa, consta como fundador del templo el antiguo obispo de Oviedo y posterior arzobispo de Granada D. Martín Carrillo Alderete (1576-1653), cuyo cadáver embalsamado se conserva en una urna colocada en un arcosolio situado en el lateral del presbiterio.
La fachada principal consta de dos cuerpos. El primero formado por puertas de ingreso, entre las que destaca la central sobre las laterales por su tamaño. Está enmarcada por medias columnas pareadas y un arco de medio punto. En el dintel e conserva una inscripción que dice: “Iglesia de Asilo. Año D 1714” y en el tímpano se encuentre un óculo de iluminación. El arquitrabe de la puerta principal presenta triglifos y metopas decoradas con rosetas. El frontón es barroco, curvo y quebrado, en cuyo centro se encuentran dos pilastras clásicas y cajeadas que enmarcan la hornacina con venera donde se encuentra la imagen de San Isidoro con su atuendo episcopal. En las zonas laterales se observa más sencillez, con una puerta a cada lado y ventanas simétricas encima de éstas. En todas ellas se marca la línea de imposta que separa los dos cuerpos y señala la diferencia clasicista de Juan de Tolosa, en el cuerpo inferior, y el estilo barroco del cuerpo superior, del avilesino Francisco Menéndez Camina.